Aprendiendo a ser Personas

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Se dice que el ser humano es un ser social por naturaleza, pero en realidad el ser social, las conductas y la forma en la que nos relacionamos con los otros, SE APRENDE.

Para poder vivir en grupo e integrarse a la sociedad, el ser humano debe aprender a regular sus impulsos.  Cada persona tiene un regulador interno, pero no entra en funcionamiento inmediatamente, poco a poco vamos aprendiendo a controlar nuestro cuerpo, nuestros impulsos, acciones y decisiones.  Los padres son los reguladores externos que acompañan a los niños y niñas durante este proceso, hasta que están listos para hacerlo solos.  

El amor y la paciencia son indispensables; sentirse amado, protegido, respetado y aceptado da seguridad y confianza. Estos elementos son la base para ayudar en el proceso de regulación.
Se requiere de adultos maduros, responsables, sensibles, con conocimiento y experiencia; adultos que saben, que están convencidos de que los límites protegen, ordenan, dirigen y contienen. Lo contrario da la sensación de abismo, abandono y ausencia.