El juguete

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En vez de oportunidades para obtener serios logros en nuestra cultura, proporcionamos a nuestros hijos juguetes costosos, esperando que estos los mantengan ocupados e impidan que nos molesten. Hoy en día, inclusive en el mundo actual del “juguete educativo”, la mayoría de los juguetes que los adultos dan a los niños no satisfacen sus NECESIDADES de crecimiento e implicación con el verdadero mundo. Por consiguiente, son una fuente de preocupación para el niño, y él no permanece ocupado con ellos durante mucho tiempo.

“El juguete se ha vuelto tan importante que la gente cree que es una ayuda para la inteligencia; ciertamente es mejor que nada, pero es significativo que el niño se canse rápidamente de un juguete y quiera otros nuevos. En realidad, los juguetes parecen presentar un medio ambiente inútil que no puede conducir a ninguna concentración del espíritu y que no tienen propósito; son para las mentes perdidas en la ilusión… y sin embargo, los juguetes son las únicas cosas que el adulto ha hecho para el niño como ser inteligente”.María Montessori.

¿Por qué le damos al niño juguetes para mantenerlo ocupado, en lugar de involucrarlo en la vida de su alrededor en una forma significativa, como lo hacen en otras culturas? La doctora Montessori creía que era porque el adulto en nuestra sociedad se da cuenta de que esto implicaría ciertas concesiones de su parte, y está tan concentrado en su propia producción y realización que no está dispuesto a hacerlas.