Preparación del adulto

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“La experiencia nos hace conscientes de una terrible verdad: los males de la primera infancia los traemos con nosotros por el resto de nuestras vidas.” 

María Montessori.

María Montessori habla en muchos de sus textos de las desviaciones psíquicas, de las conductas y actitudes de los seres humanos, de todo aquello que obstruye el desarrollo natural. Ella identificó que los padres, madres, maestros y adultos formadores eran los primeros obstáculos para el desarrollo normal de los infantes.

Hablaba de la importancia de la preparación del adulto que deseaba ser un acompañante, de ser un modelo y de permitir que los niños y niñas lograran seguir su propia naturaleza. Decía

Si un niño es conducido por un camino que le permite construir su conducta y su vida, todo irá bien: desaparecerán los malestares, desaparecerán las pesadillas, la digestión será normal y desaparecerá la glotonería. Y se volverá un ser normal porque la psique será normal”

“Se engloban en tales manifestaciones (las desviaciones psíquicas) otros tantos caracteres morales de defensa o degeneración, como el egoísmo, el excesivo apego a la propiedad de cosas materiales, la preponderancia de las necesidades de la vida vegetativa, la mentira, la timidez, el miedo, etcétera. Todo cuanto hay de bello y grande en el alma humana quedaba oculto y reprimido como una reserva olvidada”.

“Toda forma de violencia, en actos o en palabras, le producen al niño un daño irreparable; en otros casos, hay una desviación en la sensibilidad debido a la tranquila pero firme determinación de algunos adultos de contener las manifestaciones externas de los niños”.

“Un niño difícil es aquel que está INSATISFECHO, que molesta a las personas, es destructor, etc., porque él mismo sufre una desorganización. Una vez que se ha curado, curado de verdad, se vuelve un niño tranquilo y feliz. Imagínense qué maravilloso debe ser RECONSTRUÍRSE, lograr ser una persona entera cuando has estado hecho pedazos. Un alma rota se reintegra; todas las enfermedades desaparecen”. M. Montessori.

Sólo nosotros maestr@s y familias podremos ayudarlos a través de la comprensión, la estructura, la firmeza, el fomento a la independencia, la atención en el juego, en la cultura, en el espacio que podamos dedicar amorosamente, dedicando el tiempo que podamos darles de calidad y ayudándolos a ser productivos, responsables, respetuosos, tolerantes y permitiendo que se equivoquen una y otra vez, permitir que expresen sus emociones tanto las agradables como las desagradables porque simplemente SON.

Ayudarlos a ser conscientes de sus actos, a que identifiquen sus emociones a observarlos y no intervenir si ell@s no nos lo piden.

Hay mucho que hacer y entre más trabajemos en nosotros mismos, en nuestra violencia, en nuestras emociones, nuestras historias dolorosas y no dolorosas podremos acompañarlos sana y lejanamente permitiendo que el objetivo Montessori, el objetivo de desarrollo pleno se dé y logremos que sean seres humanos ADAPTABLES Y POR TAL FELICES.